El Diálogo Terapéutico: camino de transformación.

"No te mientas a ti mismo. El hombre que se miente a sí mismo y escucha su propia mentira llega a un punto en que no puede distinguir la verdad dentro de él, ni a su alrededor, y por lo tanto pierde todo respeto por sí mismo y por los demás. Y al no tener respeto, deja de amar. Por eso, por encima de todas las cosas: no te mientas a ti mismo".

Fiódor Dostoievski | Los hermanos Karamazov

La terapia psicológica es un camino de introspección y de diálogo consigo mismo a través del terapeuta. Como proceso requiere trascender las etapas de inicio, desarrollo y conclusión, siendo esta última no una etapa final, sino el inicio a la comprensión y "construcción" de un nuevo SER, entendiendo lo físico, mental, emocional y trascendente, desde una nueva perspectiva, dada por un proceso terapéutico recorrido de manera consciente, entendiendo que las vivencias y experiencias antes motivadas por el inconsciente, se develan de una nueva manera, con una visión integradora de la aparente oscuridad interior (crisis), como herramienta de trasformación y no de destrucción. Ello implica vernos en nuestras dinámicas internas como seres en proceso de aprendizaje continuo, así rompemos las creencias que somos seres totalmente estructurados y finalizados, sin posibilidad de crecimiento y evolución permanente.

No hay espacio para las mentiras, basadas en creencias absolutistas de que somos buenos o malos, sólo queda el reconocimiento de nuestra continua transformación.

El reto no es iniciar, el reto fundamental es recorrer el camino del proceso terapéutico, superando el obstáculo de querer resultados inmediatos sin completar el proceso.

El costo: superar al antiguo Yo, propósito que la mayoría teme, pensando que será la destrucción de su YO y no el renacimiento de un nuevo SER.

Pisc. Miguel Mauricio Mejía Rentería

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¿EPIDEMIA PSÍQUICA?

¨¿ERES CONSCIENTE DEL MIEDO QUE SE PRODUCE, AL INTENTAR JUZGAR LO QUE SE ENCUENTRA TAN FUERA DEL ALCANCE DE TU JUICIO, QUE NI SIQUIERA LO PUEDES VER?¨ UCDM

El momento actual nos ha expuesto a situaciones de aislamiento, de modificación de los comportamientos sociales, en lo que antes era cotidiano, se convierte en un comportamiento de "riesgo", generando una disfunción emocional masiva de las emociones básicas. ¿cómo podemos abordar la modificación de patrones sociales desde lo individual?. Es un dilema que debemos afrontar, reconociendo inicialmente su impacto, en la psique (del griego ψυχή) humana, entendida esta como el conjunto de capacidades de un individuo que abarca los procesos conscientes e inconscientes para adaptarse al medio ambiente a través del aprendizaje, la comunicación con el otro y consigo mismo.

El proceso terapéutico cobra importancia relevante, por su carácter de dialogo interior, que accede a través de la reflexión terapéutica: a entender, comprender y trascender los estados de ansiedad, depresión, miedo, culpa, etc. asociados a la pandemia, pero que tienen un componente psico - social que se debe abordar de forma integral y sistemática por el terapeuta y el consultante.

Lo anterior, implica la "valentía" de reconocer la necesidad de abordar la trasformación personal, que genera la crisis, como una oportunidad de desarrollo trascendente, reconociendo que somos Seres en constante aprendizaje, por lo tanto, los patrones conductuales que fueron eficientes en un momento determinado, se convierten en cargas "obsoletas" que se deben evaluar en sus orígenes, para comprender su estructura, entender su dinámica, que puede ser de parálisis o crecimiento.

Si elegimos la opción de sabernos seres en proceso de continua evolución física, emocional, mental y trascendente, es necesario abordar esta pandemia de cargas emocionales desbordadas, en el espacio terapeutico, como forma de desarrollo y sanación personal.

“Yo no soy lo que me sucedió. Yo soy lo que elegí ser”

-Carl Gustav Jung-

Pisc. Miguel Mauricio Mejía Rentería

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¡DESEO EL CAMBIO! o ¿DESEO EL CAMBIO?

La diferencia entre la decisión y la duda, es pasar de la reflexión a la acción. Ello implica definir el propósito, entendido con la necesidad de sentir que la transformación es necesaria en el proceso de desarrollo del Ser. Sin embargo, la zona de confort es más cómoda, aunque ello implique un alto costo a nivel, físico, emocional, mental, incluso espiritual.

¿Cómo se manifiesta este costo?

A través de señales que solemos llamar “síntomas”, expresados en enfermedades, estrés, estados emocionales alterados, crisis existencial o un vacío por la vida.

Reconocer estos aspectos como alertas, que indican, que el equilibrio del Ser Integral que somos se ha perdido, es el primer paso para la toma de consciencia (darnos cuenta), que debemos buscar un equilibrio, que implica un autoanálisis, la comprensión de los factores multicausales, el entendimiento de los mismos, la necesidad de intervenir sobre ellos y la transformación, esto implica el coraje de cambiar.

He aquí la diferencia, saber que necesito hacerme cargo de mí mismo (responsabilidad), pero el miedo a la trasformación me mantiene en un estado de crisis permanente, convirtiéndome en una “victima” de las circunstancias, ante las cuales reacciono, en vez de Ser responsable de la acción (Empoderamiento) que me llevará a la exploración de mi mismo y la infinidad de posibilidades que posee mi Ser.

El primer paso, reconocer que soy el único responsable de cambiar mi mundo (externo), asumiendo la responsabilidad de mi mundo interno (mente).

Pasar de la reflexión a la acción es el camino, pues racionalizar únicamente, sin sentir, ni expresar, ni actuar, nos convierte en seres enajenadamente racionales, pero desligados de todos los demás estados del Ser: El Homo Sapiens se convierte en Homo Ignorare, porque se niega la oportunidad de la Sabiduría, sin integrar los demás aspectos que lo componen.

Dado que es un camino individual, es un viaje particular hacia el interior (causa), el cual me refleja el mundo exterior (efecto).

¿Quieres trasformar tu mundo exterior?

¡Entiende y trasciende tu mundo interior!

EL VIAJE ESTA DENTRO DE TI, INICIALO.

EL INICIO DEL FIN

Los seres humanos estamos en procesos de cambio de forma permanente, sin embargo, la búsqueda de la estabilidad en todos los aspectos de nuestra vida, es un objetivo constante, lo que nos lleva a buscar que el “status quo” se mantenga, y por lo tanto a rechazar, negar o combatir todo aquello que amenace la “estabilidad”.

¿No es esta una paradoja?

El no cambio implica una negación de las posibilidades, el no mirar los aspectos internos que me movilizan, es permanecer en la ceguera cognitivo/emocional: no quiero pensar, ni sentir, pues temo encontrar en mis pensamientos y/o sentimientos aspectos de oscuridad que me aterrorizan y no quiero reconocer.¿ Pero que pasaría si en ese proceso de mirar hacia dentro, descubre que al trascender el umbral de aparente oscuridad (los demonios), vislumbra que solo eran creencias arraigadas, que le hacían ver el mundo en un solo tono (monocromático), y al permitirse despojarse de ellas descubre la infinidad de posibilidades que su SER le muestra?

Este proceso requiere valentía, el coraje necesario para permitirse SENTIR y SENTIRSE, escuchar sus pensamientos y explorarlos, darles una mirada desde diversos ángulos, ampliando la perspectiva de lo mono a lo multi, al dejar de juzgar y juzgarse al atarse a sus viejas creencias.

He aquí el inicio del fin, la partida del viejo Yo cargado de culpa, miedo y angustia y el inicio del nuevo Yo Soy luminoso con su infinidad de posibilidades y matices.

Por eso es que los procesos terapéuticos, que nos conducen a transformarnos no son bienvenidos o si se inician se diluyen en excusas para no concluirlo.

Transformarse requiere dejar la “piel” del viejo Yo y darle la bienvenida al Yo Soy de las múltiples probabilidades y dar espacio a la Creación y lo Creativo.

No somos seres concluidos, reconocer eso implica el coraje de asumir el camino de la transformación.

¡Bienvenido al viaje de regreso a su SER!

Somos seres multidimensionales.

No es un artículo de ciencia ficción, aunque los que hemos leído las obras de Julio Verne (1828 – 1905), Isaac Asimov (1920 – 1992), Arthur C. Clarke (1917 – 2008) entre otros, sabemos que lo que en el pasado era “ficción” en el presente es realidad, estoy convencido que ellos accedieron a un campo de conocimiento por medio de experiencias mentales, espirituales y a través de la emoción lo plasmaron en el plano físico (libro, obra de teatro, cine).

He aquí cuando nos encontramos en la reflexión/realidad que el SER humano es un ser multidimensional: cuerpo, mente, emoción, espíritu, moviéndose en cada uno de estos aspectos de manera fluida, cuando se sintoniza de forma dinámica a través de los estados de consciencia que cada uno de ellos representa.

El cuerpo, las experiencias físicas.

La mente cuando accedo al campo de conocimiento universal

La emoción que permite SENTIR y visualizar lo que quiero concretar.

Y el espíritu o materia etérica y trascendental, el campo de todas las posibilidades.

Podemos pasar de lo concreto que percibimos con nuestros sentidos, al mundo de las ideas, que se materializan en el SENTIR, accediendo a la infinidad de posibilidades que nos otorga el Espíritu.

Sin embargo, este sistema multidimensional, que debe fluir de manera armónica, creativa y constante, se ve obstaculizado temporalmente, si solo nos centramos en un solo estado.

Al creernos cuerpos físicos únicamente, el aspecto mental y emocional se concentrarán en realizar actividades exclusivamente para la sobrevivencia del cuerpo, lo que nos lleva a realizar actividades frenéticas y muchas veces reiterativas, con el fin de alcanzar este objetivo, la energía de esta actividad, comúnmente esta relacionada con la culpa (pasado) y con el miedo (futuro), nos convertimos en esclavos de estas emociones/pensamientos que se dinamizan y autoalimentan en los dramas de control, asociados a dos tiempos (pasado, futuro). El resultado de centrarnos únicamente en el cuerpo será los síntomas y la enfermedad, el cuerpo pierde su propósito (medio de comunicación) y se convierte en el objetivo que hay que “salvar”.

Al abordar los aspectos emocionales y mentales, nos adentramos en las estructuras que alimentan los estados del sentir y fabricar la “realidad”. Sin embargo, no nos permitimos acceder a estos niveles de consciencia (somos multidimensionales), y el proceso de fluir hacia el Espíritu, se ve obstaculizado, nuestro estado de SER conscientes es parcial y el camino de la CREACIÓN y lo CREATIVO se pierde.

Así pues, reconocernos multidimensionales y tomar consciencia que lo físico, mental, emocional y espiritual, se deben abordar con la misma importancia y énfasis, será el camino de reconocernos, aceptarnos y convertirnos en responsables de nuestro SER trascendental (que integra todos los aspectos).

Finalmente, definir cuál es tú propósito de vida (personal, pareja, familia, sociedad, medio ambiente), es el primer paso para establecer dónde concentraras tus acciones, pensamientos, emociones que te conducirán a ser CREATIVO y pleno con tu experiencia multidimensional.

¨Déjame aquietarme y escuchar la verdad¨

L 118. 106 UCDM

Bienvenido, te acompañamos en este viaje.

ESCUCHA CONSCIENTE: EL PODER DE ENTENDER Y ENTENDERSE

En los momentos de “crisis” nos encontramos ante retos a superar, y encontramos que nuestra capacidad emocional se pone a prueba, en especial en nuestro mundo occidental, en el que se le da prioridad a la racionalización, donde la lógica, prima sobre los demás aspectos de nuestro Ser; la circunstancia actual nos “obliga” a abordarlos, éste proceso requiere escuchar, tanto a los demás como a nosotros mismos, y la escucha, esa capacidad humana que estábamos perdiendo, se debe poner en práctica en este momento y creo que a partir de ahora de modo permanente, como mecanismo para mejorar nuestras relaciones con nuestros semejantes.

Les comparto un aparte del libro de Grun. A & Biallowons. S (2020) Cuarentena. Cómo lograr la armonía en casa. 1era edición. Barcelona. Herder.

Escuchemos y escuchémonos a través de los otros, rescatemos el dialogo a través de la escucha consciente y presente.

(*) El subrayado es mío fuera del texto

“De igual modo, en nuestras sociedades en general, y en nuestras relaciones y familias, necesitamos seres humanos abiertos, que muestren emociones y les presten atención, que sean empáticos a fin de vencer esta crisis sin que se produzcan grandes rupturas. No podremos hacer frente a los retos por medio de muchos mundos paralelos en los que cada cual busque por sí mismo la salvación. Esto vale para esta crisis y para muchas otras con las que también nos encontraremos de nuevo en nuestras vidas. Capacidad emocional también significa entonces preguntar simplemente a otras personas qué tal les va. Esto puede ocurrir en la familia, cuando dejamos que el resto de los miembros hablen sobre lo que les preocupa, sobre sus deseos y esperanzas. La escucha es un arte que nuestra sociedad amenaza con olvidar. No es en vano que la Regla benedictina comience en el Prólogo con estas palabras: «Escucha, hijo, estos 8 preceptos de un maestro, aguza el oído de tu corazón, acoge con gusto esta exhortación de un padre entrañable y ponla en práctica. […] Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las congregaciones».3 Karl Rahner habla del «oyente de la palabra» y muestra de este modo la importancia existencial que la escucha tiene para el ser humano. Podría darse la vuelta al viejo dicho «quien no quiere escuchar, debe sentir»: «quien no quiere escuchar, no sentirá». La escucha de uno mismo y de los otros es esencial para la compenetración con la propia alma y con los otros. Quien no escucha, no siente y está desprovisto de toda apertura a la emocionalidad, lo cual se muestra de modo especial en el caso de una estrecha vida en común. Precisamente ahora tenemos la oportunidad de volver a ejercitar la escucha de las preocupaciones y de las necesidades, pero por supuesto también de los deseos, de las metas y de los sueños. Preguntémonos ahora dónde nos sentimos en casa, preguntemos a nuestras parejas o a nuestros hijos cuáles son sus sueños. Quizá esto permita que los otros dejen de rumiar y refunfuñar, y quizá les muestre que habrá un mañana y una vida después del coronavirus. La capacidad de los seres humanos, su resiliencia interna, se puede fortalecer y estimular así. ¡De repente nos damos cuenta de que hay alguien que nos escucha y que quiere saber qué planes tenemos en nuestra vida! Se trata de una muestra de confianza y de una promesa que se dirige a nosotros, y a la vida, que por sí misma puede dotarnos de confianza y de fuerza. Propongámonos, por ejemplo, al menos durante esta semana, quizá también más a menudo, hablar solo de deseos, metas y sueños. Convirtámoslo en nuestro ritual del sueño; puede transformarnos a nosotros y puede transformar nuestro modo de estar con los otros. Porque una comunidad que tiene sueños y metas reaccionará con más fortaleza a las crisis. Ahora bien, esto no significa, por lo demás, que hablemos constantemente; esto sería contraproducente. Tampoco debemos apabullar a los otros con intereses que pueden ser rápidamente mal entendidos, ni exigir demasiado a los otros, como tampoco a nosotros mismos. Necesitamos calma y quietud, necesitamos momentos de silencio para no desesperar y poder estar con nosotros mismos. Pero no subestimemos el poder de la posibilidad de abrir nuestros corazones, ya sea en la mesa de la cocina o sobre la alfombra del salón, pero también por teléfono o vídeo. Precisamente aquellas personas que ahora permanecen solas en casa —aunque esto vale también para una vida en común apacible— están necesitadas de conversación. La soledad avanza a hurtadillas en las casas; en especial los ancianos y los enfermos, los más afectados por el aislamiento, no tienen a nadie, salvo su soledad, el miedo y las dudas. Utilicemos las magníficas posibilidades digitales para vivir en común incluso en tiempos de aislamiento. Pues cuando san Benito habla de la «obra de Dios» se refiere también a servir a los demás, a ayudarnos, a estar abiertos a ellos. La obra de Dios es la obra de los hombres, precisamente ahora. Y no solo las posibilidades digitales: podemos encontrar nuevos rituales o redescubrir antiguos rituales para llegar a otras personas y para hacerles sentir que estamos con ellos”.

"Sólo se volverá clara tu visión, cuando puedas mirar con tu propio corazón.

Porque quien mira hacia afuera, sueña.

Y quien mira hacia adentro, despierta."

Jung

Un abrazo de corazón a corazón.

Pisc. Miguel Mauricio Mejía Renteria

“Sentirse extraño es el inicio de la transformación”

¿Cuándo abordamos nuestros estados de ánimo?

¿Cuándo estamos alegres, exultantes, dichosos o plenos?

Paradójicamente, no es en esos momentos, en los que nos permitimos reflexionar y actuar sobre los estados del alma (psiquis), porque consideramos que esos estados son los “normales” e “ideales” y se busca mantenerlos a través del tiempo.

Sin embargo, tampoco nos permitimos abordarlos cuando vivenciamos lo que muchos llamamos: “la noche oscura del alma”, porque el concepto de “anormal” nos viene a atropellar, lo que el ego (personalidad) considera es el ideal de la norma socialmente aceptada.

Y nos enfrentamos al dilema del paraíso perdido (felicidad eterna), y el averno oscuro de sentirnos inadecuados (crisis). La lucha por volver al estado normal (felicidad), se convierte en una frenética carrera de actividades cotidianas, en las que nos perdemos mental y emocionalmente, huyendo a la sensación extraña que significa SENTIR, SENTIRSE, SER.

Es en ese momento, cuando nos sentimos vacíos y el pensamiento, la fragilidad y la emoción nos conducen a descubrirnos seres NO CONCLUIDOS en proceso de construcción permanente. Y es, cuando la valentía y el coraje de reconocernos INCONCLUSOS, nos lleva a la etapa de sentirnos EXTRAÑOS, que quizá como lo digo al principio es el inicio de la transformación.

Es cuando vemos al proceso terapéutico, como la herramienta para explorar la incomodidad que implica tener esa sinfonía de sentimientos: ira, depresión, nostalgia profunda, síntomas crónicos, etc. y los transformamos en los maestros de un nuevo Yo. Si y solo si, los traemos a la consciencia, los acogemos conscientemente, podemos trascenderlos y así transformarnos en un nuevo SER.

¡Bienvenidos al viaje de transformación!

“No existe una toma de conciencia sin dolor. La gente hará cualquier cosa, no importa lo absurdo, para evitar enfrentarse a su propia alma. Uno no se vuelve iluminado imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad”.

Carl Gustav Jung

Pisc. Miguel Mauricio Mejía Rentería

¡En el aislamiento, conectemos!

En esta época de cuarentena obligatoria, generada por la pandemia de COVID – 19, surgen estados de ánimo o psicológicos, desde los cuales abordamos los acontecimientos. ¿Desde qué estado, estamos abordando la experiencia, desde la angustia (opresión), ira, depresión, o por el contrario desde el optimismo, la serenidad, o la gratitud? ¿Estos son autónomos y se manifiestan espontáneamente?

¿Cuál es la diferencia de escalas? ¿De dónde surgen?

Y abordamos con estos cuestionamientos (ausentes en nuestro pasado cercano), pues la vida era “estructurada”, “previsible” y “continua” ……. Un camino que nos conduce a ver más allá de nuestra emoción/sensación, hacia nuestros pensamientos, y nos adentramos a un maravilloso y complejo mundo interior: nuestra psique abordada como mente y definida como: el conjunto de capacidades humanas de un individuo que abarca los procesos conscientes inconscientes y/o desde la etimología griega ψυχή (psyché) que significa *alma humana”.

Cualquiera que sea la definición, el dialogo terapéutico transpersonal, nos invita a un viaje interior, que requiere la misma valentía que trasciende la oruga para transformarse en mariposa, para aceptar lo que se era, permitiéndole partir, para acoger lo nuevo y transformador.

¡La crisálida del pasado se ha roto, el proceso ha iniciado!

Estamos dispuestos a acompañarlo en este camino, en el que el dialogo consigo mismo, será nuestra herramienta para redescubrir, capacidades, propósitos y los múltiples caminos a recorrer.

¿Quién tiene el domino?

¿Qué nuevas elecciones están disponibles?

“Cuando hayas abandonado ese des-animo voluntario, verás como tu mente puede concentrarse, trascender toda fatiga y sanar” UCDM

¡Bienvenidos!

Pisc. Miguel Mauricio Mejía Rentería

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